lunes, 25 de febrero de 2013

La muralla en el salón de casa (2008, Santiago de Compostela)

Arqueólogos rehabilitan en Santiago el exterior de un tramo del muro medieval 



Mide 10 metros de largo y cinco de alto, y hasta hace unos años era una pared más de una vivienda del casco histórico compostelano. Pero en una ciudad de origen medieval pueden darse sorpresas como que la pared del salón sea, en realidad, un pedazo de muralla del siglo XI. El mejor conservado de la ciudad, dicen los expertos.


Y no sólo el muro; el propio suelo del salón por el que anda la familia Rosende, propietaria de la vivienda, es el original del techo de la muralla. "No damos crédito ni valor suficiente a haber jugado toda nuestra vida en una reliquia", apunta Consuelo, hija de la dueña, que explica que se enteró de lo histórico de su salón cuando en 2004 se plantearon rehabilitar la vivienda.

Ahora, en su lado exterior, un equipo de arqueólogos y topógrafos municipales dirigidos por Rebeca Blanco analiza el tramo de muro con andamios móviles. Los trabajos pueden llevarse a cabo gracias a una subvención del Ministerio de Cultura, que cuenta con un presupuesto de 80.000 euros.

La limpieza y el estudio de campo, en el que se analizará tanto la piedra como la argamasa que las une, determinará el estado en que se encuentra. Además, la intervención facilitará posteriormente la identificación de otros tramos. Los datos que se recojan en la calle Entremuros número 18 podrían permitir saber si, como sospechan los arqueólogos, el muro de cierre del monasterio de San Martín Pinario contiene restos de la fortificación.

Santiago no conserva su muralla medieval, pero el trazado que sus creadores dibujaron hace mil años es el que hoy delimita el casco histórico. Se puede adivinar simplemente siguiendo los topónimos de las calles (Entrerrúas, Entremuros, Porta Faxeira, Porta do Camiño o Porta da Mámoa, entre otras), que todavía se conservan. El muro fue levantado por el Obispo Cresconio entre los años 1037 y 1068, y en su momento tuvo una longitud estimada de aproximadamente dos kilómetros.




En la calle Entremuros sólo se conservan unos metros. "Por aquí iban las almenas", dice Consuelo sorteando el sofá mientras señala la pared. Observando el lienzo detenidamente, es posible distinguir las siluetas de las almenas, cuya piedra tiene un color más claro, que desaparecieron tras el relleno posterior del siglo XV.

Cuando la muralla empezó a perder el sentido defensivo para el que fue construida, el ayuntamiento comenzó a vender terrenos, con tramos de muralla incluidos, para que los ciudadanos edificasen allí sus viviendas. El que compraba tenía dos opciones: o bien tiraba la muralla o bien, si no tenía recursos suficientes, la aprovechaba para adosar su vivienda. "Era contradictorio: por un lado había decretos que instaban a conservar la muralla y por otro era el propio ayuntamiento el que vendía los terrenos", explica Dolores Cerqueiro, arqueóloga municipal de Santiago.




La concejala de Cidade Histórica e Rehabilitación, Olga Pedreira, pretende impulsar a largo plazo un proyecto más ambicioso que permitirá saber con exactitud el perímetro que recorría la antigua muralla medieval de Santiago. "Se mostrará a los vecinos información sobre lo que fue la muralla, el recorrido y las modificaciones que sufrió", asegura Pedreira.

Para ello se llevará a cabo un trabajo de documentación y análisis de los archivos municipales. Por ahora, la intervención en el exterior del tramo conservado permitirá "profundizar en el conocimiento de la muralla", como explica Rebeca Blanco. "Seguro que existen más tramos", dice Cerqueiro, "pero nunca se ha hecho un estudio exhaustivo".

La arqueóloga municipal explica que conocieron la existencia de este valioso tramo cuando una arquitecta del Consorcio se dio cuenta de que su tipología era muy extraña. "Era un muro que había pasado desapercibido hasta entonces", dice Cerqueiro.




La familia Rosende, que ya tuvo que abandonar su hogar durante dos años mientras duró la rehabilitación del tramo situado en el interior de la vivienda, no quiere ni oír hablar de levantar el suelo del bajo, también de su propiedad, donde con casi toda seguridad se encuentra el foso de la muralla. Ya tienen un pedazo de historia dentro de casa, así que ante la perspectiva de otra engorrosa obra, dejarán las losetas que lo cubren tal y como están.


fuente: arqueologiamedieval.com

jueves, 21 de febrero de 2013

Fortificaciones de la plaza de Valença do Minho


El perímetro fortificado de Valença resulta de la superposición de la plaza setecentista y del castillo medieval, del cual quedan algunos vestigios.
Tras la guerra de Restauración, se iniciaron las obras de la nueva plaza, ya que la cerca medieval estaba obsoleta contra la artillería.
Así surgió la ciudadela, que adquiriría el nombre de Villa, que protegía el enclave.Tras los cercos españoles entre 1.643 y 1.670 se decidió erigir una obra avanzada de defensa ,obra coroada,en el cerro del Bom Jesús.
Levantandose asi la segunda parte del conjunto , la Coroada, dando a la planta del complejo una forma de media-luna prolongada con múltiples bastiones, ocupando todos los puntos altos dominantes sobre la orilla izquierda del Miño.
Para unir estos dos recintos , Coroada y Villa , se hicieron dos portones interiores con foso y puente, las Portas do Medio. El conjunto está rodeado de un foso bajo y muy ancho, rodeado, a su vez, por un talud exterior con posiciones avanzadas de defensa.


martes, 19 de febrero de 2013

Melgaço e a sua história




Tomando como provável a tradição, o castelo de Melgaço terá sido construído no reinado de D. Afonso Henriques, por volta de 1170. Foi aliás este monarca quem concedeu a Melgaço a sua primeira carta de foro, entre 1183 e 1185, carta essa que  foi confirmada por D. Afonso II em 1219, para ser substituída, no reinado de D. Afonso III, em 1258, por nova Carta de Foral. 

A concessão de uma carta de foro pressupõe a existência de um burgo, mesmo que ele fosse de criação recente.
Na colina de Melgaço, sobranceira ao Rio Minho, estrategicamente colocada em relação á passagem para a Galiza, instalaram-se colonos e desenvolveu-se uma centro de trocas comerciais. Na vizinhança adejavam as asas protectoras de dois grandes mosteiros: Fiães e Paderne. O ainda incipiente burgo, muito á mercê das investidas das tropas leonesas, necessitava de uma protecção mais eficaz que aquela que lhe era facultada pela pequena fortaleza que o primeiro rei terá mandado construir no topo mais setentrional da penedia, sítio onde mais tarde seria erguida a torre de menagem.

Foi no reinado de D. Sancho II que a vila começou a ser rodeada de uma cerca defensiva.
Esta necessidade havia já surgido no reinado anterior, no de seu pai D. Afonso II, por força das lutas político-militares que motivaram  a luta armada entre ele e  as infantas suas irmãs.

Nessa altura, entre 1211-1212, o norte de Portugal foi invadido pelas hostes leonesas,  justificadamente para defender os interesses das ditas infantas e Melgaço foi mesmo tomada, facto que apressou a construção da muralha. As medidas foram tomadas, pois em 1245 já estava em construção com o apoio do rei e a colaboração local, sobretudo o convento de Fiães.

Naturalmente que a história de  Melgaço não se confina ao burgo histórico.

Em Parada do Monte, em Gave e no planalto de Castro Laboreiro são ás dezenas as  sepulturas megalíticas, as mamuas, que atestam a presença milenar do homem  que calcorreou a montanha na senda dos caprinos e dos ovinos. Mesmo ao lado, no começo da nacionalidade, ergueram um altaneiro castelo, sentinela firme contra as investidas galaico-leonesas. Sobre os córregos construíram pontes em sólida alvenaria, na montanha e nos vales aconchegados espalharam brandas e inverneiras.  Não podemos esquecer  as dezenas de pesqueiras que ponteiam a margem do Rio Minho, bem como,  os conventos, as igrejas  e as capelas, algumas de traça bem românica. Todo este património simboliza a história de Melgaço ao, longo dos tempos.




viernes, 1 de febrero de 2013

Las 7 diferencias

Hoy os proponemos que juguéis con nosotros a las 7 diferencias con estas dos fotografías de la muralla de Lugo vista desde el aire. La primera corresponde a los años 74/75 y nos la ha enviado nuestra seguidora Mila López Pérez. La segunda es de hace tan solo unos cuantos años. ¿Nos ayudáis a encontrar las diferencias entre ambas fotografías? Seguro que son más de 7.